Un muchacho de poderosa habilidad con el ajedrez recibe instrucción de dos profesores radicalmente opuestos en cuanto a tácticas para que pueda participar con éxito en una competición a nivel nacional.
Emotiva y sentida partitura, de pausadas melodías evocadoras que aportan un cariz estable y calmado a toda la película, y que alcanza algunos momentos de exaltación lírica, muy bella. El compositor hace un retrato musical de la inocencia y el candor del muchacho protagonista, y se trata esta de una de sus más hermosas creaciones.