Secuela de Men In Black (97), en la que los dos agentes vuelven a la carga ante una amenaza galáctica.
El compositor sigue en la misma línea que la primera entrega y repite los mismos excesos deliberados, pero si cabe más grotescamente. Hace uso del mismo motivo central y lo combina con nuevas melodías en las que se resalta un cierto aire setentero. Recurre también a coros y melodías rítmicas para enfatizar lo fantasioso.