Filme paródico en torno a la leyenda de Robin Hood.
La inexplicable ausencia de John Morris en este filme afectó a lo que acabó por ser una banda sonora insípida, con un buen tema principal sinfónico pero una notoria falta de sentido de humor en el conjunto, empeorado además por horrorosas canciones, cursis y prescindibles. El compositor, eso sí, se esforzó, pero los resultados fueron muy simples.