Un hombre recibe un duro golpe cuando condenan a su hijo adolescente a a una pena de treinta años por un delito relacionado con el narcotráfico. Para conseguir que reduzcan su condena, intenta ponerse en contacto con un importante traficante.


El compositor recrea un ambiente desolador, árido, también apático, en el que progresivamente va insertando elementos más dramáticos, afligidos, pero donde mantiene un tono que expande una sensación de vacío, de no resolución, que busca y consigue generar cierta exasperación, hasta una bella resolución final liberatoria.