Un amerindio es acusado de un asesinato que no ha cometido y, rechazado por los suyos, intenta dar con el verdadero asesino.
Partitura que arranca de modo solemne con un tema a órgano y que luego deriva en melodías más ligeras, jazzísticas, con guitarras, coros y saxos, muy animados. Se acompaña de La vraie nature de Bernadette (72), Les insolences d'une camera (66), Quebec a l'heure de l'Expo (68).