Un investigador privado trabaja en el oscuro y seductor mundo del pasado, ayudando a sus clientes a recuperar recuerdos perdidos. Un día su vida cambia cuando aparece una nueva clienta con la que se obsesiona. Cuando ella desaparece descubre una violenta conspiración.


El compositor aplica una creación que desarrolla en distintos ámbitos, con resultados irregulares. El primero de ellos es el más básico y funcional: músicas ambientales para distintos escenarios donde acontece la acción; el segundo también se sustancia en músicas ambientales para el entorno futurista, en la forma de variedad de temas con similitudes estéticas que recuerdan, siquiera muy tangencialmente, atmósferas como las de Blade Runner (82) o filmes similares, sin llegar a lograr generar ese ambiente pretendido. Finalmente, la música dramática es la más interesante, aporta un tono melancólico cuidado aunque resultando en no pocos momentos impostado, forzado y pomposo. Es una banda sonora con buenas intenciones pero deslabazada y algo confusa.
