Tres jóvenes amigas periodistas tratan de encontrar su lugar en una España en constante cambio. Una debe superar su adicción a las nuevas drogas sintéticas, otra tendrá que aceptar trabajar en programas de nueva y truculenta telerrealidad, y la tercera entrará a formar parte de un agresivo equipo de comunicación de partido. Esta nueva situación pondrá a prueba su integridad, su dignidad y sus criterios éticos, mientras intentan salvar su amistad.
La compositora firma una banda sonora austera e intimista, mínima en recursos que busca y alcanza una máxima expresividad, con el empleo de instrumentos como el piano o el oboe y una base electrónica. Es música que funciona a nivel individual de los personajes y también como música compartida, en el desconcierto, fragilidad y anhelo, formando un arco dramático que evoluciona hacia una bella resolución final.