Ojalá pudiéramos ver versiones de 2001: A Space Odyssey (68) The Exorcist (73) The River Wild (94) Air Force One (97) o La lengua de las mariposas (99) con las músicas originalmente escritas para ellas por North, Shifrin, Jarre, Randy Newman o Illarramendi. Solo por el puro interés de conocer el enfoque que les daría esas músicas y el impacto que generaría en ellas, porque fueron originalmente creadas para esas películas, pensando en ellas, en sus emociones, en su dramaturgia, en su narración. Imaginar cómo sería 2001 con la música de, qué se yo, Planet of the Apes (68) es poco menos (o poco más) que una estupidez, pues ni Kubrick se planteó esa música ni Goldsmith compuso una nota pensando en naves espaciales. Pero reconstruir músicas que sí fueron orgánicas, surgidas del y para el filme que finalmente no las acogió es una manera de conocer mejor al compositor y de constatar lo mucho que cambia a una misma película una música diferente.
Hacerlo no significa, en absoluto, cuestionar lo hecho por los compositores o las músicas finalmente aceptadas, pero dado que hubo una creación rechazada no se puede sustraer el debate sobre lo que ganó, perdió o simplemente se transformó la película, porque simplemente por hacerlo se da significancia a la importancia de la música en el cine. Y luego, que cada uno piense lo que estime a bien considerar, pues eso forma parte del debate.
Pero para tener ese debate en condiciones es esencial ver la película con la música rechazada, no basta con imaginarla escuchando la música sino verla integrada en las escenas, en sus contextos, junto a los diálogos y los efectos sonoros. Esto es lo que vamos a hacer el próximo domingo, en el Café MundoBSO, con Troy (04) y la música rechazada de Gabriel Yared. De la mano y con el talento de nuestro compañero Ignacio Marqués Cuadra mostraremos y comentaremos tres largas secuencias que totalizan más de media hora de película con esa música, y el uso que de los temas centrales hizo el compositor libanés. No pretendemos en absoluto cuestionar a Horner, sino mostrar en su ámbito natural a Yared. No hay nada de malo en hacerlo y además va en la línea del interés que hemos mostrado por este espinoso tema, sustanciado hasta ahora en dos artículos: Yared, Horner y Troy (donde compilamos declaraciones de los compositores) y Hablando de Troya (donde reproducimos un apasionante debate de Marqués con Dion Baillargeon)
Temo sin embargo que esto no sea del agrado de quienes bloquean casi sistemáticamente contenidos audiovisuales en YouTube, a pesar de que se adecúen a la finalidad didáctica o crítica que ampara el fair use norteamericano. Llevamos unas semanas batallando para que desbloqueen el magnífico vídeo hecho también por Ignacio Marqués sobre el final alternativo de la serie Masada (81), que fue presentado en el Café y que aún no hemos podido incorporar a la web. Sospecho que con esta más de media hora de Troy con música de Yared va a ser mucho peor. Pero si llega el caso pasaremos a la clandestinidad cultural y ofreceremos gratuitamente el vídeo para su descarga, porque restaurar lo rechazado es bueno, es interesante y no hace daño a nadie.