Cuando suena el Ave Satani de Jerry Goldsmith en The First Omen (24), que se estrena hoy, a uno le embarga una intensa emoción, con lágrimas en los ojos incluidas, un subidón enorme. Y es entonces cuando uno se pregunta si está en el lado correcto de la vida, porque teóricamente es un cántico del Mal creado para generar terror, no alegría, pero es imposible no celebrar la vuelta de Jerry Goldsmith al cine, aunque sea anunciando destrucción. Yo y quienes le conocemos y admiramos, porque conocemos el recorrido de ese memorable tema cantado. Mucho me temo que su retorno significará poco o nada para quienes no hayan visto The Omen (76) ni sepan la conexión que hay entre ambas películas. Por mi experiencia en tantas clases y conferencias, The Omen es muy desconocida entre las últimas generaciones y en consecuencia poco se sabe del impacto dramático y narrativo del Ave Satani, por más que la música haya podido ser escuchada. De vez en cuando muestro los dos vídeos que hice explicando la banda sonora para que vean no solo cómo el Ave Satani destruye al tema de la famila (ver vídeo) sino especialmente para demostrar que el recorrido de Satán es de todo menos fácil (ver vídeo). Lo que hizo Goldsmith, más allá de imponente y glorioso, fue de una inteligencia táctica abrumadora. Es una lección de cine que dio Goldsmith y que incluso quienes desconocen la película consideran espectacular.
Por esa razón, cuando se anunció este filme hace unos meses fui (y no el único) de los que se llevaron las manos a la cabeza: hemos sufrido espantosos remakes de clásicos como Carrie o la misma The Omen, entre otros -ambas con penosas músicas de Marco Beltrami-, y era razonable temer lo peor ahora, pero afortunadamente no ha sido el caso pues la película es muy digna y su música altamente notable. Creo que Jerry Goldsmith estaría muy satisfecho con lo hecho por Korven, una suerte de prólogo (más que precuela) sobre la que comento en la reseña que hoy también he publicado.
Hay que poner en valor el riesgo asumido en este filme de conexionarse con una película de hace casi cincuenta años tanto argumental como musicalmente, a sabiendas de que buena parte del público no establecerá esas conexiones y por ello, quizás, no les guste la película al faltarles algo. No haré spoiler, pero más allá de no otorgarle significado al Ave Satani -que llega cuando tiene que llegar en lógica- tampoco sabrán qué aporta una determinada fotografía. Es una película valiente, en todo caso.
Hablar sobre The First Omen obliga a mencionar a Jerry Goldsmith o al menos al Ave Satani. Es del todo incomprensible e injustificable que no sean pocas las críticas que se están publicando sobre la película y que no hagan ni una sola breve mención a la música. Es incomprensible e injustificable, o quizás se haga comprensible y justificado por el palmario desconocimiento o desconsideración que aún se tiene sobre el valor de la música en el cine. Toda crítica positiva de este filme debería celebrar el uso de la música de Korven y la aparición estelar e intensamente emotiva de Goldsmith. Pero no está siendo el caso. A su ceguera y sordera nosotros respondemos celebrando más si cabe a Jerry Goldsmith.