En el Hollywood de los años 50, uno de los grandes estudios pretende hacer una gran superproducción de romanos protagonizada por una gran estrella, pero el actor es secuestrado durante el rodaje.


En la línea de las bandas sonoras paródicas y sarcásticas del compositor en alguno de los filmes de los Coen, esta es una creación más dispersa e inconcreta, que tiene en sus referencias a los clásicos del cine de romanos su mejor baza, con temas pomposos y enfáticos. Pero son referencias puntuales que enfatizan una impresión de lo impostado y absurdo, sin posterior evolución ni desarrollo. En lo que resta, temas ambientales en diferentes estilos, con música de época.