Usuario: Mikel C.G Siw
Fecha de publicación: 01.10.2009
En esta vida, pocas veces tendremos el placer de asistir a majestuosidades como THE VILLAGE; un absoluto poema de amor, arropado por un lirismo venido de las estrellas y que cuenta con unos cortes –todos, la verdad- de la más alta sensibilidad.
James Newton Howard, compositor con maestría, nos deleitó con un trabajo que, si bien dejó un poco fríos a algunos de sus seguidores en una primera aproximación, no hubo de pasar mucho tiempo para que todos nos pusiéramos de acuerdo: THE VILLAGE es puro romance, tan espiritual y platónico que verdaderamente no hay palabras que expresen la vida que nos insufla cuando lo escuchamos. Vida que, según cuando, puede tornarse afligida. Y entonces…THE VILLAGE adquiere el significado de lo supremo, inenarrable para los sentidos y hechizante en todo nuestro espíritu.
THE VILLAGE nos transporta a un mundo extinto hoy día. Cada una de sus notas discurre de forma sublime, emocionando constantemente a través de la pura magia que desprenden los distintos motivos de tan impagable y tierna partitura.
El violín, eje canónico de la banda sonora, cumple su función de forma inmejorable, y dota a la partitura, además de una cierta originalidad, de una pasión que escapa de nuestro mundo para cautivarnos, en una dimensión donde no hace falta que nadie hable.
La música, ésta música, es el vivo retrato de la bondad y el amor humanos. James Newton Howard, cuya sensibilidad y talento para emocionarnos con su música es algo que todos conocemos, creó con THE VILLAGE un verdadero tour de force musical, en donde cada acorde, cada atmosfera, revela un hallazgo prodigioso al abrigo de una orquesta que llora con nosotros.
Es posible que todo esto suene muy esotérico. Después de todo se trata de una valoración subjetiva y personal, muy personal. Pero, creedme chic@s, si aún no tenéis esta banda sonora, os encontráis, sin saberlo, ante una puerta cerrada al mundo de lo eterno.
¿UN 10?
10 es sólo un número.
THE VILLAGE merece calificativos que, como ella, no son de nuestro mundo.
S .i. W