Tétrica historia sobre un guionista irrelevante a quien una antigua gran estrella del cine mudo le encarga que escriba el guión que la hará volver a la gran pantalla.
Partitura que se estructura sustancialmente en base a dos distintos temas: el primero sirve para retratar la decadente, gótica y opresiva mansión en que vive la protagonista, reforzado con un aspecto siniestro, bizarro y obsesivamente sincopado, en el que además incluye algunas notas que hacen referencia al segundo gran tema, que es el que domina por completo la película y la despide. Se trata de una melodía vagamente inspirada en la Danza de los siete velos, con algunos rasgos aproximados a un tango, que en su conjunto transmite un acentuado patetismo. Esta pieza encuentra su punto culminante en la secuencia final, el descenso de Norma por las escaleras ante las cámaras y la policía, interpretando el personaje con el que aspira volver, la gran Salomé. Ese instante conjuga a la vez lo grotesco de la situación, la paranoia del personaje y la absoluta decadencia del mundo que abandona.
El compositor comentó: "La mayor parte de la música tiene una textura parecida a la acción vista en la pantalla. El tema principal es una variación de un tango, y procede de una de las primeras escenas, en la que Gloria Swanson, la antigua estrella del cine mudo, hace referencia a los primeros años de Hollywood y el baile del tango de Rodolfo Valentino. Esa es la atmósfera en la que ella vive en el presente, en 1950, y aproveché ese detalle como inspiración del tema musical".
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