Secuela de Guardians of the Galaxy (14), en la que los protagonistas deberán luchar para resolver el misterio del verdadero linaje de Peter Quill.


El compositor mantiene y amplía la línea musical del anterior filme, desarrollando o reutilizando algunos de los temas, como el principal, y aplicando nuevos para el énfasis de la acción y el desenfreno. Es de poderosa factura, especialmente en lo coral y nuevamente funciona muy bien en el contraste con las músicas dramáticas y líricas, pero en su conjunto resulta algo aparatosa y saturante, poco sutil, generando cierto colapso. Es un festín y un gran divertimento, sin respiro, aunque menos interesante que la banda sonora precedente.



