Cuando se acerca el baile de graduación las chicas populares compiten por la corona. Pronto comienzan a desaparecer misteriosamente.
Pretendiendo emular las creaciones para el género slasher con las que se significaran compositores como Charles Bernstein, Harry Manfredini y similares, pero adolece de todo: es insulsa, reiterativa, aburrida y carente de cualquier impacto de terror, a pesar de recurrir a todos los clichés posibles. Es sosa y descafeinada.