Filme de animación inspirad en tres casos de mujeres reales, del cuerno de África, el Caribe e India, hacia un incierto futuro por causa del cambio clima?tico, cuando se ven obligadas a migrar.
Esta es una película de animación pero también documental, y los relatos de las tres mujeres discurren en los terrenos de lo real, que es lo que viven, y lo ficcionado, que es lo que sueñan, microrelatos basados en sus respectivas mitologías. En ambos ámbitos se ubica la música, una creación amplia, variada, muy bella y sobre todo comprometida con las mujeres y con el mensaje de la película. El compositor aplica música elegante, sentida y nada edulcorada, que no tiene el propósito de imponer emociones forzadas sino de reforzar la perspectiva de cada una de las protagonistas, en sus anhelos y también en sus calvarios. A este propósito se prestan voz solista femenina, voces étnicas africanas, indias, así como instrumentos étnicos de los lugares de origen. El piano funciona en mayor medida como la voz en off del que relata lo que sucede y también opina sobre ello, el director de la película.
Su tema principal es notable y muy sutil pero, aunque pretende cohesionar las historias y crear un arco dramático y narrativo, con desarrollo y evolución, no logra sus propósitos por quedar ahogado entre otras muchas músicas más llamativas (ninguna innecesaria), pasando casi completamente desapercibido y llegando sin fuerza a su resolución final. La canción Inmigrantes, de Rubén Blades, es una declaración necesaria aunque habría funcionado mucho mejor en créditos finales, como conclusión, que no en medio de la narración, interrumpiendo el devenir de la música e imponiéndose completamente -por lo llamativo- a ella. Aún así, y pese a lo expuesto, la banda sonora es un elemento esencial en la película.