Una joven cuyos padres murieron siendo ella niña y que fue adoptada por su tío materno, viaja a Galicia para intentar, a través de los encuentros con sus tíos, tías y abuelos, reconstruir la memoria de sus padres.


De las tres películas autobiográficas o semiautobiográficas de Carla Simón (tras Estiu 1993 y Alcarràs, de 2017 y 2022 respectivamente) esta es la que más música incidental tiene -también la hay diegética- y, aunque relativamente breve en presencia, es significativamente relevante en lo dramático y narrativo. Con la austeridad y sencillez de un cuarteto de cuerda, por una parte, y de una guitarra por la otra la música ayuda a marcar dos rumbos opuestos: el cuarteto de cuerda pauta un camino hacia adelante, arranca cuando ella llega en ferry y tiene un muy moderado tono de nerviosismo, de inquietud, de interrogante que se abre y que sutilmente genera una expectativa de resolución (o no) de la reconstrucción buscada. En sus sucesivas apariciones, espaciadas y en nada intrusivas, la música de esa búsqueda la hace conectar con ese pasado en el presente y evoluciona ligeramente generando una impresión de mayor seguridad y fortaleza hasta llegar a una resolución hermosa que cierra el interrogante abierto. Esta música ayuda a focalizar la mirada, como si fuera la segunda cámara del filme, en un primer plano sobre ella, sobre sus motivaciones, su dolor, su anhelo, relegando al resto del campo visual a segundo plano.
En el gran flashback del filme, donde se recrea de modo más lírico (y dramático) que argumental los hipotéticos acontecimientos de los padres, la música con la guitarra eléctrica ayuda a llevar a la película -y a la audiencia- de modo inmediato al pasado, a los años ochenta, al final de una época y de un modo de vida que había comenzado en los sesenta y que ya en los ochenta es de declive y de destrucción. Eso es lo que enfatiza una música que es dura pero evocadora, y que al contrario que el cuarteto de cuerda no es de futuro sino de pasado y no se focaliza sobre dos personas concretas (los padres) sino que es más la música de un tiempo que la chica, por fin, puede reconstruir.