Desesperado por encontrar una esposa, un hombre conoce a una mujer y piensa que es su alma gemela, pero su autismo le impide reconocer que en realidad es una prostituta.
El regreso de Conrad Pope a las tareas de composición -de la que llevaba alejado diez años- se salda con una hermosa creación refinada y elegante, con momentos muy emotivos. Destaca por su notable tema principal que evoca al Williams más intimista, y que ayuda a enfatizar la inocencia y pureza del joven protagonista. Este tema es el que estructura toda la creación, en la que también hay espacio para el dramatismo, lo oscuro, que busca generar indecisión y sombras que se proyectan sobre la chica desde la perspectiva del muchacho. Se produce así una suerte de duelo musical que responde al conflicto del protagonista y de su relación con la chica, resolviéndose de modo apasionado y romántico.