Reseña de Juan Manuel Alcocer:

En esta tercera temporada los compositores echan toda la carne en el asador y aportan una obra más extensa y completa que sigue recogiendo géneros musicales para cada uno de los personajes, los momentos y la acción que acontecen en la serie. Así, tenemos temas de música electrónica y rock para las escenas de acción, lucha, algunos personajes y sobre todo lo que acontece con Cobra Kai, sinfónico para las escenas más épicas, dramáticas y el Miyagi Do, música de corte oriental para lo referente a la etapa en Okinawa y, cómo no, la estimable música de Bill Conti para la trilogía cinematográfica original que los compositores usan con soltura y maestría en flashbacks y también para enfatizar con los personajes principales que participaron en ellas.

También cabe destacar el uso que se hace de toda la amalgama de temas musicales desarrollados para cada uno de los personajes en las temporadas anteriores, que hábilmente y con soltura se completan y se entremezclan para mostrar el enfrentamiento entre ellos o, a la vez, coómo dichos temas van evolucionando a la par que lo hacen los personajes, entendiendo que la música les pertenece, que son parte intrínseca de cada uno de ellos y que se muestra tanto en sus acciones como en sus emociones para señalar que no sólo los personajes están presentes, sino también lo que sienten y cómo lo expresan. Así encontramos cortes en los que están presentes dichos temas de forma parcial e incluso entremezclados, llegando incluso a mezclar géneros en un mismo corte como rock con sinfónico, oriental con electrónica, electrónica con rock y así sucesivamente hasta llegar a una serie de temas finales donde se produce una explosión musical conjunta que le da tanto a las escenas como a los personajes una estructura ordenada y simétrica de emociones, epicidad y acción más que destacables. Es hasta ahora el mejor y más completo trabajo de los compositores para esta serie, donde han subido el listón sobremanera con una banda sonora notable, compleja en su sencillez, de una manera efectista que despierta nostalgia, divertimento y adrenalina en la dosis exacta.