Tercera entrega de la saga iniciada con Star Wars (77) en la que los héroes siguen en su lucha contra el mal.
La línea melódica siguió siendo de un sinfonismo muy espectacular, con el añadido de otros temas de nueva creación, como la dinámica música de los pequeños Ewoks. Destacó la secuencia en la batalla del bosque.
A modo de resumen, puede sintetizarse la estructura musical de la trilogía de la siguiente forma: en primer lugar, en cada película aparece un tema destacado que se incorpora en la siguiente entrega: esas ampliaciones se muestran unidas en una sola pieza en los créditos finales. En segundo lugar, los temas monotemáticos conocen diversas variaciones dentro de una misma película, ejerciendo las funciones de leit-motifs. En tercer lugar, se incluyen temas sinfónicos y espectaculares para las batallas más importantes de cada título. Y en cuarto lugar, hay peculiares fragmentos diegéticos de creación propia para las secuencias de entretenimiento de los extravagantes personajes que aparecen en los filmes.
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