Robert Townson ha sido despedido de Varèse Sarabande y con su marcha el futuro de esta discográfica, la más importante del mundo en su especialidad, es cuando menos incierto. Concord Music absobió a Varèse Sarabande hace un año y, tras prescindir de sus servicios, anuncia que mantendrá la línea comercial en lo que se refiere a edición de bandas sonoras contemporáneas, clásicas y álbumes especiales. Pero es difícil creer que vaya a ser así pues, si quisieran que fuera así, ¿por qué prescindir de alguien que sabe tanto del negocio, con tanto prestigio y tan buenos contactos?
Estos días se ha leído que se marcha, sale, comienza una nueva etapa y tantas maneras de esquivar el mencionar la crudeza del despido. Townson, que ama tanto la música de cine (sustancialmente la norteamericana, eso sí) y que se ha dejado la piel durante treinta años en este sello discográfico, no dejaría voluntariamente esta empresa sin dejarlo todo atado para que siguiera adelante. No ha habido declaración suya de cansancio o fatiga; tampoco ha hablado de su sucesor. Sencillamente, lo han echado. ¿Y ahora qué?
Varèse Sarabande fue fundada en 1972 (como Varèse International) y renombrada como la conocemos en 1977. En sus treinta años al frente, Townson (canadiense nacido en 1966) ha lanzado al mercado más de 1.400 ediciones, muchísimas fundamentales para cualquier aficionado y esenciales también para dar a conocer la importancia y exquisitez de la música de cine. Algunas de sus ediciones han sido más interesantes que otras, como es natural, y algunas han sido discutidas y discutibles (por material incluído, por precio, etc), pero eso es también natural. Lo que es incontestable es que el conjunto de su labor durante estas tres décadas es apabullante, nadie en el mundo entero ha hecho tanto en este ámbito y Varèse Sarabande es la más poderosa e influyente del mundo gracias a él.
La delicada situación del mundo discográfico, con la caída de ventas, descargas o las plataformas streaming, hace que el negocio penda de un hilo, no solo en Varèse Sarabande. Para mantenerlo y no abandonarlo es imprescindirle amarlo, y hacerlo además casi desaforadamente, asumiendo pérdidas y aceptando riesgos. Lo hacen casi todos los demás productores: en MovieScore Media, en Quartet Records, en La-La Land, en Caldera, en Intrada, en... todos tienen al frente a personas que, como Townson, aman la música de cine y conocen muy bien el medio. Veremos ahora si en Varèse Sarabande se pone al frente alguien a la altura o si la dejan caer y la acaban finiquitando, o se limitan a editar bandas sonoras de éxitos cinematográficos. Si se confirma el peor pronóstico solo cabe esperar que otros puedan ocupar ese vacío y hacerse cargo de ediciones que en circunstancias normales llevarían la firma de Townson. De lo contrario la edición de bandas sonoras (norteamericanas) sufrirá un severísimo golpe y un retroceso enorme.
Robert Townson anuncia que va a dedicarse a organizar y producir conciertos. Ojalá tenga suerte, pero lo cierto es que entra -seguramente ya lo sabe- en un territorio mucho más difícil, pues los escenarios son escasos, el dinero es limitado y la competencia mucho mayor. Además es una labor más a la sombra que repercute menos entre los aficionados que la edición de una gran banda sonora: los discos llegan a todas partes del Planeta; los conciertos no. Sabemos, porque es la condición humana, de las adhesiones, admiraciones, adulaciones y declaraciones hiperbólicas de amistad que se producen con la gente influyente con poder. Sabemos también, porque es la condición humana, de lo poco que queda de ello cuando esa influencia y poder se ha perdido. Y sabemos también que son menos los que honran a la gente por lo que fueron e hicieron, al margen de lo que ahora hagan. Está por ver cómo afecta este cambio a su participación o presencia en festivales o eventos, si sigue siendo un referente o corre la misma suerte que el sello discográfico al que tanto ayudó a crecer. Townson merece que se le respete por todo lo que ha hecho, que es mucho y de valor inmenso.