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EL LEITMOTIV

15/03/2017 | Por: Conrado Xalabarder | 1 comentario
TEORÍA

El leitmotiv (motivo principal, en alemán) es un figura musical cuyo significado varía sensiblemente si se refiere a una obra concertista o a una ópera con respecto a lo que es su uso cinematográfico, donde se le ha dado un encaje y una utilidad de gran importancia. Es una melodía o secuencia tonal corta y característica, recurrente a lo largo de una obra y que se identifica con un determinado contenido (personaje, concepto, idea, sentimiento). Por esa definición, es tanto un tema musical como un fragmento que no llega a constituirse necesariamente en tema. Este último es usualmente el leitmotif cinematográfico.

En la narrativa cinematográfica de la música el tema principal y los temas centrales (el tema principal es en sí un tema central) abarcan y cubren lo que se entiende en la música absoluta por el leitmotiv. Por tanto, el tema principal (o los centrales) podrían ser considerados, formalmente, leitmotivs. Sin embargo, en el medio audiovisual, eso podría dar lugar a cierta confusión.

La música en las películas no sólo se constituye de temas, también hay espacio para los fragmentos: un sonido de flauta, unos acordes de guitarra o un golpe de efecto orquestal satisfacen necesidades concretas, como remarcar una impresión o sensación, dar mayor virulencia a un trueno, facilitar un tránsito entre secuencias, etc. Con apenas unas notas puede lograrse que el espectador perciba la inquietud que provoca un lugar o personaje, la felicidad de un estado de ánimo o la calma de un paisaje. Hay tres tipos:

  1. Fragmentos independientes: no cumplen otra función que la de resolver un impacto determinado en un momento determinado: un golpe de efecto orquestal, por ejemplo. No generan ninguna aportación narrativa en el guion musical, son trozos de música puestos para parchear instantes concretos. 
  2. Fragmentos derivantes: aquellos que comienzan como fragmento pero que alcanzarán la forma de tema musical. Plasman una construcción o un crecimiento.
  3. Fragmentos derivados: proceden de un tema musical que se ha deconstruido hasta quedar reducido a su expresión más elemental. Plasman una destrucción o la reducción a lo básico de un tema para que siga presente sin tener que hacerlo en su totalidad.

En el cine, un motivo musical es también un fragmento, pero tiene en sí la suficiente entidad para poder ser reconocido, con sus escasas notas ya tiene personalidad propia: el motivo, como fragmento que es, puede ser independiente, derivante y derivado. Esto es, puede quedarse durante toda la película en su forma de motivo (King Kong), derivar hacia tema musical (Close Encounters of the Third Kind), o ser el despiece de un tema musical (Raiders of the Lost Ark). Aunque lo pueda parecer, un fragmento derivado o derivante no necesariamente se convierte en leitmotiv, pero un motivo derivado o derivante sí lo es. En el capítulo de Lecciones de Música de Cine dedicado a The Mission tenemos presentado como fragmento derivante el que será el tema de los guaraníes, pero en absoluto puede considerarse un leitmotiv: es simplemente una presentación en forma de fragmento del que será el tema; cuando en Taxi Driver el tema de Jekyll se reduce a sus mínimos al ser fagocitado por el de Hyde no funciona como leitmotiv, sino como tema destrozado.

En el cine, el leitmotiv no necesita desarrollarse en forma de tema para mantener su entidad, porque además puede asociarse muy fácilmente a lo que representa (un personaje, por ejemplo) uniendo música+imagen, o de otras maneras que ya abordaré en otro Ágora. Por tanto, leitmotiv y tema, en el cine, pueden abarcar cosas diferentes.

Pero la diferencia más importante entre el tema musical y el leitmotiv es que este se relaciona con algo concreto y exclusivo y la definición que asume es inamovible e incambiable, estableciendo siempre una comunicación intelectual con el espectador. Un tema musical puede cambiar su referencia y significado, y puede vincularse emocionalmente con el espectador, sin darle información. En King Kong (33) unas notas vibrantes e intensas son aplicadas sobre la figura de la bestia, de tal modo que, cada vez que suenan, la música hace explícita referencia a King Kong. ¿La utilidad?: que no sea necesario mostrar siempre al monstruo en pantalla. Con el leitmotiv, King Kong está presente, aunque no sea visualmente. Si se pretendiera que ese motivo atendiese otros asuntos, se provocaría confusión, porque se perdería la referencia. Un tema central o principal puede ser abierto e incluso disperso; un leitmotiv ha de ser concreto y determinado.

No es necesario aplicar el leitmotiv cada vez que aparece en pantalla aquello a lo que se refiere, pero sí que la referencia aparece, aunque no sea visualmente, cuando se aplica el motivo. Es decir: no porque King Kong salga en pantalla debe sonar, pero cuando suena King Kong sale en pantalla, siquiera como referencia. Su utilidad narrativa es enorme en el cine, pues sirve como cita inmediata, sin necesidad de explicarlo con todo un tema musical: en The Bride of Frankenstein (35), bastaron cuatro notas para el monstruo de Frankenstein y tres para la novia (que sí deriva en tema). El doctor Frankenstein si tiene un tema completo, deliberadamente grotesco y alocado.

A diferencia del tema central o principal, el uso del leitmotiv ha de ser cierto y no se puede utilizar como engaño, ya que, superado este, el espectador no volverá a creer en él y provocaría confusión. Si en Jaws (75) el leitmotiv del escualo se utilizase para despistar en la secuencia del falso tiburón (cuando unos niños aterrorizan a los bañistas jugando con una aleta de plástico), entonces a partir de ese momento se dudaría de su verosimilitud. Por el contrario, en la escena no hay nota alguna de música, y menos del leitmotiv. Se sacrificó un momento de tensión en beneficio del resto del filme. Además, justo acabada la secuencia, irrumpe el verdadero tiburón, suena el leitmotiv y el terror regresa a la película. En cambio, con un tema central puede engañarse al espectador, sin que eso llegue a afectar o comprometer al propio tema, como explicaré en otro Ágora.

Su gran ventaja narrativa, respecto a un tema musical, es la inmediatez que le otorga su brevedad. Si Jaws se sustenta en un leitmotiv es por motivos prácticos: sería inviable referenciarlo con un tema que necesitaría de un tiempo del que la película no dispone: el escualo se mueve rápido y su música debe ser también fulminante. Tampoco sería muy práctico poner completo el tema principal de Indiana Jones cada vez que se le quiera referenciar, por lo que su reducción a leitmotiv es sumamente útil.

Por todo lo explicado es importante separar y diferenciar lo que es un tema central o principal de lo que es un leitmotiv, aunque puedan converger. Pero que puedan converger no significa que sean lo mismo. En el cine, desde luego, pueden ser cosas muy distintas.

Aquí tenéis un ejemplo maravilloso de empleo de leitmotiv

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Usuario: Mario Pons
Fecha de publicación: 20.03.2017
Genial. Más o menos es lo que yo creía y consideraba leitmotiv también. De todas maneras, esto lo deja más claro!
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